Solo hay un medio para conseguir que una persona haga algo. ¿Se ha detenido alguna vez a pensar en eso? Solo hay un medio y es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo. Recuerde que no hay otro medio.
Entonces la pregunta es ¿Qué la gente quiere?
Como líderes, esta pregunta hay que contestarla con inteligencia. No intentando complacer deseos individuales y particulares, sino a los deseos más profundos del ser humano. Los deseos que no cambian de generación en generación. El deseo de ser importante.
El deseo de sentirse importante es una sed humana insaciable y persistente; y los pocos individuos que satisfagan sinceramente esta sed del corazón, podrán tener a los demás en la palma de la mano ‘hasta sus enemigos le amaran si lo hace’.
En el contexto del liderazgo y el trato personal ‘‘La crítica’’ es el ataque o censura que se hace contra una persona, situación o cosa.
La crítica es totalmente inútil porque ataca directamente este deseo. Todos queremos recibir elogios, complementos, distinciones o simplemente saber que lo estamos haciendo bien. Pero la crítica coloca a la gente a la defensiva y generalmente hace que la persona que tú estás criticando quiera justificarse. La crítica es peligrosa, porque lastima el orgullo tan precioso de la persona, hiere su sentido de importancia, despierta el resentimiento y el deseo de venganza.
El problema generalmente surge cuando las personas confunden la crítica con la retroalimentación y queriendo hacer un bien, terminan haciendo mal. La ignorancia trae confusión y la confusión trae destrucción. La diferencia entre la crítica y la retroalimentación es que: cuando se critica a una persona, la misma va dirigida a la identidad de la persona, mientras que la retroalimentación va dirigida a la conducta o al comportamiento de la misma. No es lo mismo decir ‘eres un tonto’ a decir ‘has hecho una tontería’.
Una frase de Napoleon Hil dice:
‘‘Hay que ser consciente de la diferencia entre la retroalimentación y la crítica. Observe si el propósito de sus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño’’.
Existe un estudio realizado con animales del psicólogo Skinner que comprueba que premiando la buena conducta de los animales, estos aprenden más rápido y retienen con mayor eficacia, que castigándolos por la mala conducta.
Estudios posteriores comprobaron que lo mismo ocurre con los seres humanos. La crítica es un castigo para los seres humanos, por lo que con ella no podemos obtener resultados satisfactorios. Por medio de la crítica nunca provocamos cambios duraderos y con frecuencia los que logramos es que los demás se alejen de nosotros.
Hans Selye, otro gran psicólogo dijo que ‘Tanto como anhelamos la aprobación, tememos a la crítica’.
El resentimiento que engendra la crítica puede desmoralizar a sus compañeros de equipo, miembros de la familia y amigos, fortalece sus adversarios y les da más razones para odiarlo y si analiza por un momento se dará cuenta que lo que usted a criticado en el pasado, aun así sigue pasando. La crítica no elimina los problemas, ni corrige las situaciones.
Todos tenemos que aprender a no criticar y llevar nuestras energías a premiar lo que si queremos que sigan haciendo las personas que nos rodean.
Para finalizar te comparto esta frase de la Madre Teresa de Calcuta. “Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón”.
Así no critiquemos y hagamos nosotros lo que queremos ver en los demás.
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